jueves, 24 de diciembre de 2009
lunes, 21 de diciembre de 2009
Edvard Munch: Nacido bajo el signo de Saturno



Sin duda, cuando pensamos en este pintor, lo asociamos mentalmente a un cuadro que se ha convertido en un icono de la historia del arte; "El grito". Se ha querido ver en esta obra una representación de la ansiedad del hombre moderno. Pintado en 1893, es sin duda una representación de la tensión y el sufrimiento que las dos guerras mundiales traerían al ser humano.


Munch volverá a representar el mismo escenario en dos de sus obras, "Desesperación y "Ansiedad". En ambas, el puente, el cielo del ocaso teñido en sangre y el lago seguirán siendo testigos mudos de la escena representada. En el primero de ellos la figura se humaniza ensimismada en sus propios pensamientos. Las figuras del fondo no se acercan sino que por el contrario se alejan. La soledad es total. El hombre solo junto a un paisaje que es reflejo de su angustia.
lunes, 12 de octubre de 2009
La Belleza del Cuerpo: El paso de los griegos entre nosotros
Lo primero que me vino a la cabeza al volver a ver la exposición fue como un museo inglés ha podido reunir una de las mayores colecciones sobre arte griego, teniendo en cuenta que Inglaterra nunca tuvo un contacto directo con la Grecia antigua.
Recuerdo que la sensación que tuve al ver los frisos en Londres fue estar ante un espectaculo fuera de lugar. Estas obras fuera de su contexto original perdían parte de su sentido.
La historia de cómo llegaron los frisos del Partenón a Londres es la siguiente. A principios del siglo XIX, Grecia no era un país independiente como lo es en la actualidad, sino que estaba ocupado por el imperio otomano, que mas o menos comprendía el actual estado turco.
Thomas Bruce, conde de Elgin, oficial inglés en la Atenas ocupada, fue quien aprovechó esta coyuntura y compró los mármoles al gobierno turco. Para los turcos el Partenon no tenía significado alguno y vieron la oportunidad de ganar dinero con la venta de lo que para ellos no era mas que un montón de piedras. Así, de 1801 a 1805 los frisos fueron arrancados del monumento y llevados a Londres. Evidentemente los griegos nada pudieron hacer para evitar este expolio.
La primera en reivindicar su vuelta a Atenas fue la cantante y actriz Melina Merkouri, mientras fue ministra de cultura de Grecia. Sus esfuerzos fueron infructuosos, pero marcó la conciencia de que aquellos frisos habían sido comprados ilegalmente a un imperio que no representaba los intereses de los griegos. Muchas han sido las excusas esgrimidas por el Museo Británico para no devolverlos. Una de ellas, ha sido argumentar que en Grecia no hay un lugar digno para exponerlos.
El gobierno griego se puso manos a la obra y recientemente ha inaugurado el nuevo Museo de la Acrópolis, uno de los más modernos del mundo, y en el que hay una sala exclusivamente destinada a mostrar esos mármoles. Aun así los ingleses no los han devuelto.
Para un griego es trágico que para conocer lo mejor de su cultura tenga que viajar al extranjero. Imaginemos que los ingleses o los franceses tuvieran que viajar a Atenas para ver la Torre Eiffel o el Big Ben. Los griegos siguen esperando a que los mármoles algún dia vuelvan a estar junto al lugar para el que fueron concebidos.
La exposición del MARQ ha sido un recorrido visual por la belleza entendida por los griegos. Una belleza que enamoró al mundo occidental y que conquistó culturalmente al mundo romano. La simetría y la proporción han formado parte de un recorrido expositivo que ha encandilado al público que ha podido contemplarlo.
Pero al mismo tiempo hemos acudido a un espectáculo oculto y casi imperceptible. Algo tan antiguo y tan habitual que pasa desapercibido. El expolio por parte de las grandes potencias del patrimonio cultural. Los griegos nos dieron el teatro, la filosofía, la democracia y un concepto del arte diferente y nuevo. Occidente, con el paso de los años se ha encargado de arrebatárselo.
martes, 6 de octubre de 2009
El poder de la inocencia: El Universo Urbano de Joan Ripollés
Desde el 1 de Octubre hasta Navidad se expondrá en el puerto de Alicante la muestra “Universo Urbano” del artista castellonense Joan Ripollés. Grandes volúmenes de bronce y fibra de vidrio con cristal de Murano se encuentran junto al mar para transformar de forma transitoria el entorno urbano de la ciudad.
Lo primero que sorprende de su escultura es su carácter inocente, casi infantil. Esto se funde con una marea de sonrisas, corazones y brazos abiertos que hacen que, desde el primer momento, el espectador se sienta sumergido en un ambiente afable y experimente por si mismo la caricia de sus obras.
Los títulos de las mismas continúan en la misma onda; “Encantadora”, “Felicidad”, “Generosa” son algunos de los nombres de estas esculturas que parecen ocultar el lado negativo del ser humano y apuestan por lo mejor del hombre.
sábado, 26 de septiembre de 2009
La excentricidad del emperador: Las Rosas de Heliogábalo de Lawrence Alma-Tadema (1888)

sábado, 19 de septiembre de 2009
La imagen del poder: Elisabeth I de Inglaterra y el retrato del arco iris

viernes, 18 de septiembre de 2009
El significado oculto de las cosas (I): Hombre sujetando una mano que sale de una nube de Nicholas Hilliard 1588

jueves, 17 de septiembre de 2009
De lo efimero de la vida: La Muerte y el Caballero de Pedro de Camprobín

miércoles, 16 de septiembre de 2009
La Madonna del Soccorso: manifestaciones artísticas en torno a una leyenda medieval

Una madre cansada de la vivacidad de su hijo y del alboroto que éste causaba, un día le espetó: “! Que el diablo te lleve ¡”. En ese momento apareció de la nada el demonio que obedeciendo las palabras de la madre trataba de coger al niño para llevárselo. Arrepentida de lo que había hecho y viendo el peligro que corría su hijo, la madre acudió desesperada a la intercesión de la Virgen que al punto apareció empuñando en su mano un cetro. El niño acudió a refugiarse bajo el manto de la Virgen, mientras la Madre de Dios espantaba al diablo con la vara que sostenía en sus manos.
Esta leyenda fue recogida por varios autores entre los que se cuentan a Jacobo de la Voragine y su Leyenda Dorada, el dominico Vincent de Beauvais y su Speculum Majus o los Milagros de Gautier de Coincy. La aparición de la imprenta en el siglo XV, favoreció la difusión de estos escritos entre el público, hecho que facilitó una producción artística en torno a este tema.